A finales del 2010 se presentó en Estados Unidos el Dodd–Frank Wall Street Reform and Consumer Protection Act que requiere a las empresas manufactureras que auditen a sus proveedores y reporten el uso de minerales en conflicto en los materiales que componen sus productos.
Los minerales en conflicto son aquellos que fueron extraídos en medio de conflictos armados y en condiciones de abuso a los derechos humanos, principalmente en la República Democrática del Congo y países vecinos.
Los minerales en conflicto se conocen como 3TG y son: Tantalum, Tin, Tungsten & Gold (Tantalio, Estaño, Tungsteno y Oro), aunque existen rumores de que próximamente se agregará el Cobalto a esta lista. Estos minerales se usan en diferentes aplicaciones y en diferentes industrias como la automotriz, equipo deportivo, electrónica, electrodomésticos, etc.
Los proveedores de la industria automotriz estamos obligados a reportar la fuente de origen de los minerales en conflicto que contengan nuestros productos; si éstos provienen de zonas en conflicto, no se podrán exportar a los Estados Unidos. Una herramienta útil para identificar minerales en conflicto dentro de nuestros productos es la plataforma IMDS, que nos ayuda a identificar cuáles minerales o sus compuestos están presentes en nuestros materiales y, por lo tanto, deberán ser reportados.
La responsabilidad de nosotros, como proveedores de la industria automotriz es verificar que nuestros proveedores no consigan sus materias primas en alguna zona de conflicto en estos países africanos.
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