Al tiempo que Alemania advierte de un desastre para los empleados nacionales de Volkswagen AG, las consecuencias del escándalo de la compañía sobre las trampas en las emisiones amenaza con llegar a las operaciones de VW en México, el mayor productor de automóviles de Estados Unidos.
VW México ya ha recortado los turnos sabatinos en su fábrica de Puebla, la mayor planta independiente que fabrica autos de la marca VW fuera de Wolfsburg, donde la compañía tiene su sede. Esta acción ha llevado a una mayor preocupación entre los aproximadamente 15,000 trabajadores de que un recorte en sus trabajos puede ser lo siguiente.
«Volkswagen tiene un caos con nosotros», dijo Alfredo Rodríguez, de 29 años, quien teme que su falta de antigüedad en la planta lo haga más vulnerable. El padre de dos niños, uno de 6 meses y otro de 8 años de edad, consiguió un contrato a tiempo completo hace sólo tres años y ahora ayuda a instalar los neumáticos de los autos que se fabrican. «Lo que más me preocupa es que no sabemos lo que viene.», agregó Alfredo.
Al estar VW negándose a proporcionar información, grupos de negocios incluyendo la Asociación de Empleadores del Estado están preocupados de que las cosas vayan a empeorar en la fábrica de VW así como en la planta que está siendo construida por Audi, perteneciente también al mismo fabricante de automóviles. Por lo pronto ya se tiene congelada cualquier nueva contratación, de acuerdo con la Cámara de la Industria del Comercio, y la compañía no ha dicho cómo se va a manejar el retiro global de casi 11 millones de automóviles diesel con sistemas de emisiones amañados. Alrededor del 20 por ciento de los 207,000 vehículos que la planta envió a Estados Unidos en el año 2014 incluían los motores que se encuentran en el centro del escándalo.
«Van a tener que disminuir su producción», dijo José Quintana, presidente de la Asociación de Empleadores del Estado, conocida como Coparmex. «Hay una sensación de nerviosismo en el Estado y en el gobierno local porque han continuado apostando por Volkswagen y la nueva planta de Audi.»
Volkswagen no quiso hacer comentarios sobre los reportes de una congelación en la contratación y dijo en un correo electrónico que no hará comentarios sobre lo que llamó la especulación sobre las posibles repercusiones en la planta de Puebla. La compañía dijo en un comunicado fechado el 1 de octubre que no hay cambios en la fuerza laboral de la planta.
Audi abrirá su planta en el segundo semestre del próximo año como estaba previsto y alcanzará una capacidad de 150,000 unidades al año de acuerdo a lo programado, dijo la compañía en una respuesta por correo electrónico a las preguntas.
Punto destacado
La industria automotriz ha sido un punto destacado en la economía de México en los últimos dos años, con los fabricantes de automóviles desde Kia a Mercedes estableciendo nuevas plantas o líneas de producción. Volkswagen tiene una de las historias más largas en el país, donde se comenzó a construir el emblemático Sedán (mejor conocido en México como “Vocho”) para el mercado de Estados Unidos en el año 1967 y desde donde se envió la mayor parte de los 370,000 VWs vendidos a los consumidores estadounidenses el año pasado, incluyendo el modelo más popular, el Jetta.
«Esto va a tener un efecto de bola de nieve», dijo Armando Soto, presidente de Kaso & Asociados, una empresa consultora de la industria automotriz con sede en la Ciudad de México. «Las exportaciones de automóviles podrían caer y, por supuesto, el producto interno bruto y el desempeño de la economía de Puebla se verán afectados.»
Volkswagen es algo más que una planta de Puebla, la compañía está ubicada 86 millas al este de la Ciudad de México y representa aproximadamente una cuarta parte del producto interno bruto del estado. Un gran parque industrial de proveedores y un robusto sector de servicios que surgieron en torno a la planta, cuenta con alrededor de 70 mil puestos de trabajo directos e indirectos, de acuerdo a Horacio Peredo, presidente de la Cámara de Comercio conocido como Canacintra.
Cinco escuelas administradas por una unidad de la empresa ofrecen clases en alemán, con algunas otorgando carreras técnicas. Un bulevar lleno de restaurantes y que sirve de entrada a la ciudad pasó a llamarse Vía Volkswagen. El club deportivo Volkswagen equipado con una pista de atletismo sirve a los residentes locales, conocidos como Poblanos.
El Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, en una muestra de apoyo a la asediada VW, dijo que compraría 200 vehículos de la automotriz para utilizar como patrullas para ayudarlos a salir adelante de la crisis. El residente local Víctor Manuel Meléndez dice que todavía va a comprar un Vento con motor diesel para su negocio Uber, una vez que en México se concluyan las pruebas que se están haciendo sobre miles de motores diesel.
La cercanía, la lealtad
Hay una «cierta cercanía, una lealtad», dijo Quintana de Coparmex.
En una cuadra cerca del centro de la ciudad, cinco de los 11 autos estacionados en un día reciente eran VW. Fuera de la planta del fabricante de automóviles en la autopista México-Puebla, por debajo de una insignia gigante de VW, cinco puestos de tacos y quesadillas sirven comida frita a miles de trabajadores que van y vienen cada día.
Uno de esos empleados es Ernesto Méndez, quien ha trabajado ahí como técnico por 16 años. Vestido con una camiseta polo bajo el ardiente sol de Puebla, el hombre de 57 años de edad, dice que ya está sintiendo el impacto. El tiempo extra que trabajó para aumentar su sueldo mensual de 10,000 pesos (604 usd) en un 30 por ciento se canceló la semana pasada.
«Aquellos de nosotros (los empleados) que no han tomado vacaciones, se les pide que las tomen de inmediato», dijo. «Nos dijeron que no habrá despidos este año. Pero en enero, quién sabe «.
Sin paga extra, Méndez ya no es capaz de pagar el alquiler de su coche y está tomando el autobús al trabajo. El modelo que había arrendado hasta el lunes: un Volkswagen Passat.